Entre brujas y café las letras no tardan en llegar.

Hace algunos días se ha propuesto como ley con todo y multas el separar tu basura y tirarla en el camión recolector ciertos días a la semana, el fin, ahorrar espacio en los rellenos sanitarios por un lado y por el otro contribuir a la cultura del reciclaje. Todo esto suena bonito en teoría, más la practica resulta más complicada, razón, aún cuándo la ciudadanía más por temor a una multa millonaria que ha cultura ecológica cumpla con esta nueva reglamentación, ni los camiones, ni los famosos rellenos sanitarios o basureros municipales están preparados para enfrentar esta llamaré nueva moda citadina, cuál es el resultado, toda la basura perfectamente separada por la ciudadanía llegará a revolverse al llegar a su destino, eso si se verán muy bonitas las bolsas de colores o con sus lacitos distintivos de orgánico e inorgánico, honestamente veo esto como una tremenda burla, aún cuando puedan tacharme de pesimista, me justifico tal vez diciendo que no me resulta inadecuada esta nueva onda ecológica, muy por el contrario considero que efectuándose de forma adecuada trae beneficios increíbles, aprender a aprovechar nuestros propios desperdicios, dejar de tirar basura por el simple hecho de hacerlo, entender que una botella de plástico puede tener otros usos, vaya incluso sacar el lado económico llevándolos directamente a empresas dedicadas a la recolección y reciclaje de las mismas, es una estupenda idea, pero como siempre muy mal organizada y aplicada. Un mes antes, encargados de los basureros decían que no contaban con la infraestructura necesaria para esta labor, creía por supuesto que está idea o nueva moda citadina era maravillosa, pero antes de aplicarla era necesario sanear los espacios ya existentes así como capacitar a su propio personal para el tratado de la basura y por último adaptar sus camiones recolectores para que la basura no se revolviera dentro de ellos, en fin, primero era necesario empezar dentro y después aplicarlo al resto de la ciudadanía. Alguien los tomó en cuenta, no, lo urgente es con la proximidad de los panamericanos vernos de primer mundo, con nuestro metrobus, con el centro histórico libre de carros y comercios ambulantes, con las zonas turísticas pintadas de colores atractivos y con lucecitas que cambian de color como luces navideñas, como siempre es necesario vernos bien, aunque debajo de la alfombra este acumulado todo el escombro de podredumbre, el fétido olor de la realidad jalisquilla. Si vamos a tomar los ejemplos de otras partes del mundo, no sería bueno también que cada manzana tuviera sus propios tambos recolectores, divididos previamente para sacar la pestilencia de tu casa y evitar las bolsitas clandestinas en las diversas esquinas esperando a que sea el día de recolección, pero de ser así entonces en dónde quedarían las propinas para los señores de la basura, mismas que reparten con el chofer y quien sabe con quien más tengan que dar su mochada, no sería una buena cultura que hubiera cestos de basura en toda la ciudad, dividida de igual manera, cursos gratuitos (esto por la actual economía del país) en dónde te enseñen a reciclar tus propios productos o a sacarles el mayor provecho, pero claro que no, esto significa que el gobierno tiene que invertir en sus votantes y no en sus propios bolsillos, por ello y no por otra cosa considero absurda esta campaña.