Se aferran los días a mi cuerpo, como si algo muy en lo profundo no deseara que el calendario siguiera con su marcha y quedarnos suspendidos en el tiempo, hemos esperado tanto este momento, hablado, imaginado, escrito, que ahora que está por cumplirse por hacerse realidad, me gustaria no puedo negarlo, tener más a favor para pasarlo juntos, para seguir disfrutando de este maravillosos suceso que ocurre aún dentro de mí, nos esperan más cosas, nuevas experiencias y el natural temor a no saber que haremos, como es que se hace lo más elemental, empieza una etapa de aprendizaje inolvidable, interminable, y ciertamente deseado.
Pasan los días y se acortan las posiciones para dormir, las piernas suspendidas en la pared, los movimientos alienígenas en el vientre. los caminados graciosos, el cansancio extremo, cómo serás mi pequeño Cacahuate, pensar que hace ya tanto que dejaste de parecerte a uno y que tomaste la forma de un ser humano perfecto, pensar que mientras más se acorta el tiempo más sueño con tu pequeño rostro, con tus ojitos que espero sean como los de tu padre, con esa mirada que tanto me ha enamorado, o esa sonrisa que me derrite, cómo será la tuya, cómo serán tus manos, y tus labios, y tus mejillas, son tantos los deseos de conocerte y tanta la nostalgia de tener que dejarte salir de ese santuario que tú has venido creando, que mejor me detengo y voy a soñar con nuestro encuentro hasta que este se haga finalmente realidad.
Se acercan los momentos de delirio, próxima la fecha en que conoceré a mi hijo, en que veré por primera vez su rostro más allá de una camarita mágica, las citas médicas son cada vez más estrechas, me piden monitorear sus movimientos y me alegra informar que todo transcurre sin novedad, en la completa tranquilidad de mi hogar, rodeada de las personas que amo y que de una manera u otra me han brindado su apoyo hasta este momento, debo confesar que es difícil mantener la calma, que en ocasiones los nervios me invaden y es necesario tomar un libro y olvidarme de todo lo externo, ahora cercana la fecha del alumbramiento hago una retrospectiva y todo, absolutamente todo ha valido la pena, y valdrá más cuando llegue el momento, mi madre hace bromas y ríe cuando me dice que llegado el momento el pobre de mi amado no sabrá ni dónde tiene la cabeza, río con ella y le digo pues creo que yo tampoco sabré a ciencia cierta que es lo que debo de hacer, hasta el momento sólo he seguido consejos de personas enteradas en el tema, la maleta del pequeño Nimrod está preparada, falta hacer la mía, pero creo que eso es lo menos importante, siento que haré un largo viaje del cual jamás regresaré igual, mi cómplice, mi compañero de aventuras y sentimientos, aquel que come lo que yo, que respira lo que yo, que escucha lo que yo escucho, que se mueve cuando yo duermo y que duerme cuando yo tengo que moverme, aquel pequeño cómplice que me ha venido escuchando estos ocho meses, que me ha hablado tantas veces en mis sueños, que patea duro cuando algo no le gusta y que baila slam cuando le pongo la música que le gusta a su padre, aquel que me hace brincar cuando se estira o me hace cosquillas cuando se mueve placentero, regresará conmigo de forma diferente, podré dejar de imaginar sus gestos, y saldrán los resultados de las apuestas de a quien de nosotros se parece, vendrá a descubrir un mundo maravilloso, descubrirá que tiene todo el espacio que desee, que ya no hay paredes que lo detengan, sentirá el viento, escuchará sin ecos nuestras voces, sentirá nuestras caricias, nuestros labios posados en su piel, ahora mismo sabe que escribo sobre él y se mueve, me dice mamá aquí estoy, y debo detenerme para acariciar mi vientre y hablarle de cuanto lo amo, decirle que pronto nos conoceremos y que se tome su tiempo para venir, que aún cuando las ganas me comen, me come más el deseo de que llegue tranquilo y feliz, pues creo completamente que un parto es en lugar de una separación, una máxima unión, la oportunidad de seguir siendo cómplices, de querer tanto él nacer, como yo de que nazca, sin importar el tiempo que esto requiera, ambos cooperaremos, ambos lo deseamos, por ello mi decisión de que todo sea de forma completamente natural, sin anestesia alguna, sólo el grupo de médicos que lo recibirán es todo lo que necesitamos, siendo mi primer hijo y posiblemente el único que tendré, no quiero perderme de nada, eso incluye sentir, deseo sentirlo todo, no le temo al dolor, pues no me matará, me hará más fuerte y a él independiente, dicen los enterados que todo lo bueno cuesta, pues si me ha de costar estoy dispuesta a pagar el precio, muchos dicen que estoy loca, que haga uso de la ciencia para mi beneficio, no me mal entiendan apoyo a la ciencia, hasta el momento me he valido de ella para cuidar a mi hijo, pero este es el momento de mostrar valor, fortaleza unión, y no tengo miedo.
Nimrod, Te espero, amor pronto nos veremos por primera vez.
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