Entre brujas y café las letras no tardan en llegar.

Estoy sentada junto a mi ventana, sintiendo el frio de lluvia y pensando, pensando en que a veces nos hace falta este golpe de la vida para empezar a valorar lo que tenemos frente a ella, , ahora veo a mi madre, acostada en la cama, sitiándose tan mal, tan agotada, pienso en que este fue un alto que le puso la vida, un decirle que tiene que disfrutar mas y trabajar menos, y fue para nosotros un aviso de que podemos perder en un momento aquello que tanto queremos, creo que ha llegado la hora de los reconocimientos más allá de los reclamos, pienso en como he pasado tanto tiempo molesta con ella por muchas de las decisiones que al tomarlas poco a poco me fue dejando a un lado, siempre tuve esa visión cuadrada de mi vida y la vida de mi madre, hasta que ahora, viéndola tan vulnerable, me doy cuenta de que si ha llegado a este punto es porque nunca ha dejado de luchar, de aferrarse por salir adelante, por sacar a su familia adelante aunque a veces esto resultara prácticamente imposible, pensar en todas las veces que se ha sacrificado por nuestro bienestar, es el momento de reconocer sus desveladas para que el vestido para la fiesta quedara perfecto, o para que el dinero alcanzara para los regalos navideños; las cosas siempre suceden por una razón importante, y para mi esta razón es valorar todo lo que me ha dado esa señora que ahora se siente tan mal y que lucha por seguir saliendo adelante como lo ha hecho desde el momento en que vino a este mundo, es sentarme a escuchar como es que se unió a mi abuela para que su hogar nunca se viniera abajo, como desde pequeña tuvo que aprender a llevar las riendas de un hogar porque mi abuela tenia que trabajar, y como al enterarse que yo venia en camino no bajo los brazos y cuido de su cuerpo y de mi desarrollo para que viniera sana y feliz, o el como se mataba trabajando para que cada año pudiera tener una gran fiesta, para que jamás me faltara absolutamente nada y para que nunca tuviera esa responsabilidad que le dieron a ella antes de poder disfrutar de su adolescencia, pienso que he sido tan injusta con ella, que le he quitado tantos meritos, y sé que aún no es tarde para reconocerla, para hacerla sentirse amada, respetada y apoyada, me toca regresar todas esas cosas que ella sin pedirme ni siquiera un abrazo de recompensa me dio y me sigue dando cada que abraza a mi hijo y miro esos ojos ese brillo de orgullo, cada que lo presume con la familia, cada que dice mi nieto esta hermoso y consentido, o como se sorprende con las sonrisas de mi pequeño, y como me va explicando las cosas de su desarrollo y como ahora empieza a compartirme como ha sido su paso por la maternidad, me duele mi madre, me duele verla enferma, pero aún la tengo, y la tendré por muchos años más pues lucharé junto a ella para vencer todo lo que sea necesario vencer, es el momento de hacer ese paso, de dar ese paso que me una a la persona de la que nací, Gracias Dios vida destino por esta oportunidad de reflexión, gracias por hacernos entender lo frágil que es la vida y lo rápido que se nos va, gracias por darme la oportunidad de entender que si soy la persona que soy es gracias a esa mujer que ahora necesita que la amen más que nada y por todo. Gracias por que aún es tiempo de demostrarnos este amor.

Estoy sentada frente al computador en una hora intermedio, disfrutando de un delicioso café como el que hacia tiempo no degustaba, hago el recuento de mi día, por momentos pienso que debería aprovechar estos intermedios para dormir un poco, pues mis sueños largos ahora han ido desapareciendo para readaptarme a despertadores cada tres horas, o en su defecto cada que un pequeño pero sonoro quejido reclama mi atención a tiempo completo, pero renuncio a la idea comprendiendo que necesito de otros estimulantes aparte del preciado sueño nocturno, que necesito de vez en vez escaparme por la madrugada para dedicarle un poco de tiempo a mi desquiciada mente que va a mil por hora invadida de múltiples pensamientos de todo tipo, la mayor de las veces sin relación entre ellas o tan estrechamente ligadas que no logro ver el hilo conductor; en fin, el punto es que estoy en mi hora de asueto, y que debo de disfrutarla sin pensar en que tengo que ir a la cama para ahorrar las energías que necesitaré en dos horas que mi hijo me reclame su alimento; y bien, en vista de que ya lo he nombrado tanto y de que es ahora el centro de mi vida, hablaré de él sin reserva alguna, pasé nueve meses preparándome para tenerlo a mi lado, soñando con el día en que pudiera tenerlo a mi lado para abrazarlo con todas mis fuerzas, para comérmelo a besos, imaginando como serían las cosas una vez que él estuviera fuera de mi, lo cierto es que nada de lo que llegue a pensar se acerca a lo que hoy estoy viviendo en realidad, mi pequeño es un amor, un bebé tranquilo, observador, atento, al que si bien es cierto le gusta estar entre mis brazos y los brazos de su papá, también es completamente adorador de su propio espacio y disfruta de los momentos en que puede estar recostado en su cama sin que nadie lo toque, es un tanto perezoso y gusta de tomar largas siestas, sé lo que pensarán, es normal en los bebés de su edad, pero bueno, no puedo dejar de sentir que mi hijo es especialmente diferente a la mayoría de los bebés del mundo; adora de igual manera tomar largas duchas, ahora que se le ha caído el ombligo gusta de estar dentro de la tina un rato antes de salir para ser cambiado, por desgracia, tan pequeño y ya ha sufrido de una infección en la piel causada por una alergia, al parecer a la ropa de poliéster y le han salido unas horribles ampollas, vaya un grado mayor a un salpullido común y las cuales tengo que estar tratando para que no se le lleguen a infectar y por ende nos topemos con un mayor problema, aparte de eso ha estado completamente bien, comiendo como bárbaro, a sus 15 días de nacido ha aumentado la maravillosa cantidad de 550gr y ha crecido cerca de los 10cm, me maravilla ver como va levantando poco a poco la cabeza, o como sus piernas adquieren mayor fuerza y en algunos reflejos lanza patadas voladoras como cuando estaba dentro de mi. No puede dejar de fascinarme esas sonrisas cada vez más frecuentes, o su capacidad de empezar a fijar su vista a las personas y cosas que lo rodean, o como cada que vamos a la calle se queda profundamente dormido. Debo de confesar que aunque todas estas cosas me embelezan completamente, también siento que no las disfruto del todo, siento de pronto que estoy atenta a otras cosas, preocupada de que no se enferme, atenta a las horas para que no se pase alguna de sus comidas, y este tipo de cosas comienzan a asustarme un tanto, pues no me gustaría llegar a ser la clase de madre sobre-preocupada por cosas que aun cuando son importantes terminan desviando la atención a lo que verdaderamente importa que es el desarrollo de este ser que se me va demasiado rápido, que cambia cada día en demasía, Creo que tendré que seguir cambiado mi chip programado y darme el lujo de disfrutar a mi hijo más allá de lo que todo mundo conoce como normal en las preocupaciones de una madre primeriza, quiero aprender a disfrutar de la vida con los nuevos ojos que la misma vida, el mismo Dios, el mismo destino me han regalado, esta oportunidad irrepetible y repleta del más sabio de los aprendizajes, aprender de este amor ilimitado e inagotable.

La madrugada del ocho corría tranquilamente, tuvimos la visita de una vieja amiga quien nos amenizó las horas, una, dos, tres, cuatro de la mañana y la plática no terminaba, entre consejos sobre saltos sin vendas y aventuras pasadas se dieron las 7 de la mañana, caray es tempranamente tarde nos dijimos y sin más demora la despedí en la puerta de mi casa, acto seguido busqué un poco de agua, me distraje con el televisor en lo que me llegaba la hora del sueño cuando de pronto tuve unas tremendas ganas de ir al baño, recorrí las habitaciones, me cercioré de que todos estaban aún dormidos y abrí la puerta del sanitario, después de quitarme el pantalón me percaté de que algo había sucedido durante la madrugada y que esos dolores que sentía un poco más fuertes que de costumbre eran el anuncio de la llegada de mi hijo, corrían los cuarenta minutos después de las siete cuando pude ver algo gelatinoso saliendo de mi, perfecto pensé, extrañamente en lugar de sentir los nervios o miedos normales tuve una inmensa alegría, había estado esperando tanto este momento, me habían contado tanto de cómo era que iniciaba la labor de parto que me sentí perfectamente preparada, tranquilamente salí del baño, tomé el teléfono, le marque a mi amado, -¿ya?- me dijo tremendamente nervioso, si amor le dije. –Oficialmente ha iniciado todo-; -Bien cómo estas todo bien- y su voz aún temblaba. – Si todo bien, aún falta, sólo ha dado inicio, hoy conocemos a nuestro hijo.- Le dije; -Perfecto amor voy para allá- Y escuchaba esa emoción difícil de describir en su voz, esos nervios se habían transformado en el cumplimiento de esa espera. –Ok amor te espero. –TE AMO, nos dijimos antes de colgar. Me vi con el teléfono entre las manos, ¿sería un buen momento para avisar a los amigos? pensé, debo de ser estratégica, y me decidí por hacer tan solo dos llamadas a las personas en las que confiaba podrían correr la voz, así lo hice, acto seguido encendí el calentador de agua las contracciones eran más seguidas y más intensas, lleve en conteo exacto para poder mostrarlas al médico, no quería despertar a nadie más de la casa, sabía que aún me quedaba tiempo por delante y no deseaba poner nerviosa a mi madre, no hizo falta como buena madre de brujita ya estaba despierta,- Hoy nace tu nieto- le dije; -¿Ya te sientes mal?- preguntó con esos ojitos expectantes. –No, no me siento mal pero hace rato arrojé el tapón mucoso y ya tengo las contracciones más seguidas- Le contesté. -¿Quieres que te lleve al hospital?, me preguntó-; -No madre, ya viene David, ahora me voy a meter a bañar, le contesté; -Báñate con el agua lo más caliente que la soportes para que te relaje todos los músculos y lo tengas más pronto. Finalizo la conversación. Salí de bañarme, me vestí, revisé la maleta, cambio de ropa, papeles, efectivo, todo en orden, en eso escuché la puerta, mi amado había llegado, sentí tanta ternura al ver su rostro palidecido por la emoción, los miedos, los nervios, me abrazó con todas sus fuerzas, me beso de forma impresionante, -Vamos a tener un bebé- me dijo, yo sólo moví afirmativamente la cabeza, y permanecí abrazada a él. Salimos a caminar, la mañana estaba calurosa con un sol que te quemaba, aún así nos aventuramos al asfalto para acelerar la labor de parto, tres pasos una contracción un abrazo fuerte mientras me masajeaba la espalda, después de un par de vueltas regresamos a casa, eran cerca de las 11 de la mañana cuando partimos para el hospital, después de los tramites burocráticos finalmente entré a la que seria mi habitación, me puse la bata muestra traseros en tanto que David acomodaba las cosas y le llamaba a mi madre para avisarle que ya estábamos en el cuarto, poco después entro una enfermera para colocarme un suero y darme algunas indicaciones para que el parto fuera lo más rápido posible y con el supuesto menor dolor, pasaron dos horas más, David fue a desayunar mis dolores aumentaban pero aún tenía el humor necesario para reírme de las bromas que me hacía intentando amenizar mi rato. – No amor no risa, si me río se me van las fuerzas y no puedo hacer nada para controlar la contracción-. le decía. Pero después hacía un tipo de cara o se ponía a imitar mis dolores diciéndome que a él también le daban, o que yo lo había embarazado, o contándole a Cacahuate la versión distorsionada de su concepción, o me abrazaba, o me besaba para que mis dolores fueran menos fuertes, hasta el momento las cosas marchaban bien, el ginecólogo me decía, no aún tenemos mucho camino por delante creeme estas muy tranquila. ¿Tranquila, que no ve que me duele idiota?, pensaba, (ja pobre ilusa).
La inyección de oxitocina llevaba ya un par de horas en mi sistema, horas en que el buen humor había casi desaparecido por completo, y sólo me quedaba un poco de ternura por ver a mi amado hacer maromas y decirle a Cacahuate que ya cooperara y no hiciera más sufrir a su mami. A las 6 de la tarde todo era insufrible, me dolía hasta el aire, tuve unas tremenda ganas de vomitar, lo hice, ácidos gástricos pues llevaba más de 18 horas de no ingerir alimentos, mi último consumo fue la noche anterior a las 20 horas, es increíble pero tras el esfuerzo del vómito conseguí romper la fuente, tras eso se desató la furia de la naturaleza, la media hora que siguió conseguí dilatar los cinco cm restantes, mi amado no se despegó ni un instante del pie de la cama, no dejó de tomarme de la mano y hablarle a su hijo para que no tuviera miedo de salir, es aquí dónde debo de decir que nada te prepara para este momento, que de muy poco sirvió todo lo leído, todo lo escuchado por las abuelitas y las que ya tienen tiempo de ser madres, esa media hora no tuve descanso alguno, el minuto entre dolor y dolor eran de contracciones, mi cuerpo diciéndome que estaba listo para que mi hijo saliera de mi, mi hijo diciéndole a mi cuerpo que estaba preparado para salir, puedo jurarles que no sé en que momento perdí la vergüenza pues (si ahora hago bromas), sentí que medio hospital me manoseo y lo peor del caso es que ni besitos pedí, lo que me reconfortaba es que mi amado si me los daba después de cada inspección. Lo que recuerdo entre dolor y dolor de esa media hora fue que sonó mi celular, tales eran los nervios de mi amado que en lugar de contestar colgaba, cuando por fin le atinó a la tecla correcta le dijo a mi madre, señora ya no tardan en meterla a quirófano ya casi termina de dilatar. A las 6.40 llegó el medico quien venía de atender otro parto, escuché el plaf de los guantes de latex, -Hija necesito que abras las piernas y pujes cuando sientas una contracción- me dijo,- Bien, ya te vamos a meter a quirófano ya dilataste completamente. Salió el medico, entró a los pocos segundos el camillero, solté un fuerte grito que hizo que mi amado entrara corriendo al cuarto y le preguntará al camillero si necesitaba ayuda, el camillero le sonrió, no te preocupes así es esto; me acomodó en la camilla y a toda velocidad al menos así lo sentí me transporto hasta el quirófano, yo sólo escuchaba a las enfermeras que entre me echaban porras y otras más voces de no aprietes hija que lastimas a tu hijo, relájate, respira, no grites porque tensas el cuerpo, y yo pensaba, no grites mis huev… y como buena yo, seguí haciéndolo, Al llegar a la cama de los estribos me acomodaron rápidamente, sentí un líquido caliente entre mis piernas, después uno más frío, seguido por un tercero, el ginecólogo preparado, el pediatra preparado, las enfermeras preparadas, todo dispuesto; - Estamos listos linda, ahora sentirás una contracción ha llegado el momento de pujar- Me dijo. Por un lado pensaba en como podía estar tan calmado, por el otro no esperé a que terminará de hablar antes de pujar, fueron dos seguidos, dos pujidos dados ya no con el cuerpo pues desde media hora antes deje de sentirlo, hubo una fuerza mayor la que me llevó a dar ese grito desgarrador conforme mi hijo cruzaba el canal de parto y aparecía por primera vez en este mundo, dos pujidos, menos de cinco minutos mi hijo estaba llorando con todas sus fuerzas, moviendo los brazos de forma descontrolada, de fondo se escuchaban sonidos de tijeras, voces extrañas, fuera de este mundo, lo único terrenal era ese sonido de gatito mojado, lo único que existía eran esas manos dando brazadas en el aire, yo lo veía ahora flotando, ahora dentro de la incubadora, ahora nuevamente en el aire, ahora al lado mío calientito y yo temblando de frío, le acaricié la mano, lo besé con todo lo que me quedaba de fuerza, lo sostuve eternamente y después se lo llevaron y mi corazón se partía, mis primeras palabras hacía él fueron, por fin cooperaste hijo, la primera imagen cercana que tuve de él fue de sus testículos, -Ya sabía que era niño doc, pero gracias por esa primera imagen que me ha dado de él- Le dije, regresó todo el buen humor, contesté las preguntas del médico; Sí todavía estoy lúcida pensé, después de terminar su chamba y dejarme como nuevecita, me envolvieron en unas sábanas como tamal oaxaqueño,- Durante la próxima hora no te podrás mover para nada, sentirás esto y aquello, todo normal, Felicidades, hiciste un buen trabajo, eres mamá.
Salimos nuevamente rumbo a mi cuarto, la primera cara que vi al llegar al pasillo fue la de mi amado esperando que llegara, corrió y me beso, después vi a mi madre, - ¿Si o no es lo mejor que te ha pasado en la vida? me dijo, no fue necesario que le respondiera, creo que ese silencio fue bien interpretado, - Ya lo viste?- Le dije a mi amor, - Si- Me dijo todo emocionado con la voz entrecortada. –Se parece a ti mi amor. le dije- tampoco hizo falta respuesta ante cosa tan evidente, se parece a mi amor. Finalmente me dejaron en la cama, a las ochenta mil horas me di cuenta de que traía pañal, físicamente me sentía extraña, eufóricamente agotada, con mucha fuerza espiritual pero con nula fuerza en los músculos y articulaciones, después de contemplar un momento a su hijo y a su nieto respectivamente, mi amado y mi madre entraron a mi cuarto, ambos con las lágrimas a flor de piel, -Ves que si podías mi amor, si pudiste y tenemos un bebé- Me dijo mi hermoso y no me quedó más que soltar esas lágrimas que estaban aguardando para ser derramadas. Por supuesto el cielo también tuvo su participación en este alumbramiento, pues una hora después de que viera por primera vez el rostro de mi hijo sucedió algo mágico, las nubes se cerraron completamente, el viento sopló cada vez con mayor intensidad y finalmente la felicidad fue compartida, llego la lluvia a llevarse todo el pasado y dejarnos a este precioso futuro llamado Nimrod Zahid.
Así es como Cacahuate vino al mundo, ya vendré a contar como han sido estos días con él a mi lado.

Finalmente terminé tu habitación, tus cosas están acomodadas, hay espacio suficiente para que entre tu cuna, y ya sólo nos haces falta tú, este cuarto que por ahora huele a mi, próximamente olerá a una nueva vida, a talco y pañales y ese aroma a bebé que llenará mi vida. Amor mío hay tantos planes, ahora es cuando la conciencia de tu llegada se hace evidente, cada día es más factible el poder acariciarte, y besarte, y mirar como duermes tranquilamente, no me canso de mirar tus cosas, de acariciar mi vientre que aún es tu casa, es extraño pero tengo tantas ganas de sentir esos dolores de los que tanto hablan, de experimentar esto que sólo ocurre una vez en la vida y que te deja tan pleno. Recuerdo como muchos meses atrás pensaba en que tenia que comprar un perchero y un librero y cambiar la recamará, recuerdo como muchos meses atrás pensaba que mi vida tenia que tener un cambio definitivo, como añoraba que las cosas fueran diferentes y de pronto me encuentro con una prueba casera de embarazo entre las manos, y aún así no me percataba de que aquello que tanto añoraba estaba sucediendo, ese cambio radical y completo sucedía justo dentro de mi cuerpo, eras tú que te formabas, era tu corazón que empezaba a latir, y debo ser honesta, por más que me mentalizaba no alcanzaba a vislumbrar ese cambio que pedí hasta hoy, hasta hoy que es más real que nunca, hasta hoy que mis cosas han desaparecido para dar lugar a las tuyas, hasta ahora que mis sueños te pertenecen y me doy cuenta de que en pocos días, muy pocos estarás entre mis brazos y entre los brazos de tu papi, haciéndonos las personas más felices que hayan vivido en esta tierra. Tú eres mi cambio, eres aquel que vino a salvarme de mi propio pensamiento, el que le inyecto ganas a mi vida, eres el motivo, todos los motivos unidos por quien vale la pena hacer todo lo impensable, Zahid, gracias por venir, por escogernos como padres, por decidir el tiempo en que tenias que estar con nosotros, gracias por tantas sonrisas que me has robado, por todas las pataditas que me has hecho sentir, por permitirme conocerte, por venir a completar este equipo que tiene tanto amor para darte. Hoy tu cuarto está listo, mi corazón está listo, mis brazos están listos, tu familia te espera, sólo hace falta que tú estés listo y cuándo eso suceda aprenderemos a ver el mundo a tu manera. Te amo mi Zahid.

Se aferran los días a mi cuerpo, como si algo muy en lo profundo no deseara que el calendario siguiera con su marcha y quedarnos suspendidos en el tiempo, hemos esperado tanto este momento, hablado, imaginado, escrito, que ahora que está por cumplirse por hacerse realidad, me gustaria no puedo negarlo, tener más a favor para pasarlo juntos, para seguir disfrutando de este maravillosos suceso que ocurre aún dentro de mí, nos esperan más cosas, nuevas experiencias y el natural temor a no saber que haremos, como es que se hace lo más elemental, empieza una etapa de aprendizaje inolvidable, interminable, y ciertamente deseado.
Pasan los días y se acortan las posiciones para dormir, las piernas suspendidas en la pared, los movimientos alienígenas en el vientre. los caminados graciosos, el cansancio extremo, cómo serás mi pequeño Cacahuate, pensar que hace ya tanto que dejaste de parecerte a uno y que tomaste la forma de un ser humano perfecto, pensar que mientras más se acorta el tiempo más sueño con tu pequeño rostro, con tus ojitos que espero sean como los de tu padre, con esa mirada que tanto me ha enamorado, o esa sonrisa que me derrite, cómo será la tuya, cómo serán tus manos, y tus labios, y tus mejillas, son tantos los deseos de conocerte y tanta la nostalgia de tener que dejarte salir de ese santuario que tú has venido creando, que mejor me detengo y voy a soñar con nuestro encuentro hasta que este se haga finalmente realidad.

Se acercan los momentos de delirio, próxima la fecha en que conoceré a mi hijo, en que veré por primera vez su rostro más allá de una camarita mágica, las citas médicas son cada vez más estrechas, me piden monitorear sus movimientos y me alegra informar que todo transcurre sin novedad, en la completa tranquilidad de mi hogar, rodeada de las personas que amo y que de una manera u otra me han brindado su apoyo hasta este momento, debo confesar que es difícil mantener la calma, que en ocasiones los nervios me invaden y es necesario tomar un libro y olvidarme de todo lo externo, ahora cercana la fecha del alumbramiento hago una retrospectiva y todo, absolutamente todo ha valido la pena, y valdrá más cuando llegue el momento, mi madre hace bromas y ríe cuando me dice que llegado el momento el pobre de mi amado no sabrá ni dónde tiene la cabeza, río con ella y le digo pues creo que yo tampoco sabré a ciencia cierta que es lo que debo de hacer, hasta el momento sólo he seguido consejos de personas enteradas en el tema, la maleta del pequeño Nimrod está preparada, falta hacer la mía, pero creo que eso es lo menos importante, siento que haré un largo viaje del cual jamás regresaré igual, mi cómplice, mi compañero de aventuras y sentimientos, aquel que come lo que yo, que respira lo que yo, que escucha lo que yo escucho, que se mueve cuando yo duermo y que duerme cuando yo tengo que moverme, aquel pequeño cómplice que me ha venido escuchando estos ocho meses, que me ha hablado tantas veces en mis sueños, que patea duro cuando algo no le gusta y que baila slam cuando le pongo la música que le gusta a su padre, aquel que me hace brincar cuando se estira o me hace cosquillas cuando se mueve placentero, regresará conmigo de forma diferente, podré dejar de imaginar sus gestos, y saldrán los resultados de las apuestas de a quien de nosotros se parece, vendrá a descubrir un mundo maravilloso, descubrirá que tiene todo el espacio que desee, que ya no hay paredes que lo detengan, sentirá el viento, escuchará sin ecos nuestras voces, sentirá nuestras caricias, nuestros labios posados en su piel, ahora mismo sabe que escribo sobre él y se mueve, me dice mamá aquí estoy, y debo detenerme para acariciar mi vientre y hablarle de cuanto lo amo, decirle que pronto nos conoceremos y que se tome su tiempo para venir, que aún cuando las ganas me comen, me come más el deseo de que llegue tranquilo y feliz, pues creo completamente que un parto es en lugar de una separación, una máxima unión, la oportunidad de seguir siendo cómplices, de querer tanto él nacer, como yo de que nazca, sin importar el tiempo que esto requiera, ambos cooperaremos, ambos lo deseamos, por ello mi decisión de que todo sea de forma completamente natural, sin anestesia alguna, sólo el grupo de médicos que lo recibirán es todo lo que necesitamos, siendo mi primer hijo y posiblemente el único que tendré, no quiero perderme de nada, eso incluye sentir, deseo sentirlo todo, no le temo al dolor, pues no me matará, me hará más fuerte y a él independiente, dicen los enterados que todo lo bueno cuesta, pues si me ha de costar estoy dispuesta a pagar el precio, muchos dicen que estoy loca, que haga uso de la ciencia para mi beneficio, no me mal entiendan apoyo a la ciencia, hasta el momento me he valido de ella para cuidar a mi hijo, pero este es el momento de mostrar valor, fortaleza unión, y no tengo miedo.
Nimrod, Te espero, amor pronto nos veremos por primera vez.

Esto si es ridículo, la ley de las buenas costumbres, el comité de retrasados mentales, Guanajuato y cómo ya se ha hecho costumbre sus representantes panistas han aprobado una ley para prohibir, sí esta es la palabra prohibir a las parejas besarse en la vía pública, ya no se sabe si sufrir un ataque de risa o de pánico ante tales ideotas de nuestros gobernantes.

El señor nada respetable y ultra conservador Alcalde Eduardo Romero Hicks del municipio de Guanajuato ha dicho que no serán permitidos los agarrones olímpicos en la vía pública, Señor Alcalde, permítame informarle que en nuestro código penal ya existe una ley De las faltas contra la moral y las buenas costumbres el Artículo 361. Aunque debo de reconocer que dicha ley no estipula los agarrones olímpicos ni los besos ya sean chiquitos, grandotes, de piquito, esquimales o de lenguita, así que tal vez sea yo la que ha entendido mal su propuesta y deba agradecerle dicha especificación.

Por otro lado es una lástima que en una ciudad tan hermosa como lo es Guanajuato, la que por cierto cuenta con un callejón dedicado al beso, le quiera ser negado el placer de recibir a cientos si no es que miles de visitantes diarios que llegan a tan mágico lugar para expresar su afecto haciendo contacto con sus labios húmedos eso sí, conforme el callejón se va haciendo más estrecho.

Ahora reflexiono, que pensaría este señor si llega a visitar Guadalajara en el marco de su aniversario, cuando en honor a la fecha en la plaza principal se organiza un besatón (maratón de besos) y peor aún que el cronometro inicia su marcha cuando el gobernador junto con su esposa se dan un agarrón olímpico. ¿Será que al ver que le dedicamos un día enterito al beso nos considere parte del crimen organizado, somos los tapatíos entonces un cártel del ósculo, del quico, o del picorete; iremos todos a parar a las cárceles de máxima seguridad por faltar a la decencia?

Creo que si este señor estuviera aquí o yo en Guanajuato ya me vería purgando cadena perpetua por todas y cada una de las veces en que ese arrebatado deseo surgido desde el plexo solar y que te recorre cada poro de tu piel hasta desembocar en ese choque casi involuntario de lenguas, labios, dientes y litros de fluidos llega a mi y cuyos testigos a veces silenciosos como los templos, parques, el perrito que mueve la cola, la cabina telefónica o el sol que prolonga nuestras sombras, o parlanchines que nos dan porras o nos invitan al motel, por suerte para mi y mi pareja claro, los alacranes no tienen alas así que seguiré sin pisar la cárcel y aquel señor ahora es víctima del escarnio público.

Finalizo diciendo que aquí en Guadalajara decimos Sí al Bes

Que infamia, ahora quieren cobrar 7 pesos el camión, de dónde pretenden estos mega empresarios que la población tapatía los saque, esto es una verdadera burla, no es necesario ir a sixflags para sentir la adrenalina, basta con treparse a uno de estos toros mecánicos para saber lo que es estar cerca de perder la vida, preguntemos a todas las victimas del transporte público si ellos pagarían 7 pesos por el placer de verse morir otra vez, -Estamos pidiendo la tarifa que manejan en León, y nosotros tenemos mejores unidades que ellos, Se nota que los representantes de camioneros tienen siglos que no se montan en alguna de estas unidades, amenazan con un paro parcial el domingo y uno total el lunes, conseguir todo mediante el miedo, carajo que se paren toda la vida, tal vez así finalmente pondríamos a trabajar a nuestros servidores públicos, que sirvan de algo los transportes que nosotros pagamos y que ellos usan como reyes, por mi parte que los camiones dejen de circular, beneficios, menor contaminación, una ciudadanía más sana, se nos obligaría a caminar más, a despertar más temprano para llegar a nuestros destinos, menos accidentes de transito y menos atropellados, Se daría un duro golpe a estos concesionarios, a esta mafia que no tiene llenadera junto con el gobierno del estado que se lleva su mochada. Lamentablemente ningún sector de la población está dispuesta a sacrificarse así que señores, en unos días estaremos pagando 7 pesos por el pésimo servicio de transporte público.

Me resulta simpático el crecimiento de mi hermana, a veces molesta en otras acongojada porque nadie la entiende, todo un caso de pre-adolescente en potencia, inicia su etapa de pretensión, la ropa, el maquillaje, los zapatos con tacón cada vez más alto, escuchando la música que suena en el radio en el momento el top ten, conoce el nombre de todos los artistas actuales, pero eso si, no deja de fascinarse con las caricaturas del disney channel y querer fiesta de cumpleaños con piñatas, gorros pastel y brincolín. Está difícil edad en que quieres crecer, ser tratado como un adulto sin dejar de comportarte como un niño cuya única obligación es la escuela y divertirte con los amigos, la difícil etapa en dónde descubres que no se puede tener todo en la vida, que también existen otro tipo de responsabilidades y que es muy complicado tomarlas. Ahora ella reclama su espacio, tiene conferencias telefónicas durante horas, se termina el crédito de su celular en días, pero cuando le pides que arregle su cuarto y recoja su tiradero esparcido por toda la casa, dice que es sólo una niña, me resulta curioso como siempre buscamos aquello que nos convenga, cuando me molesta de verdad le digo: no sabes la suerte que tienes, estiras la mano y te preparan la comida o te dan para poner crédito en tu celular o comprarte la blusita de moda que viste en el aparador el día anterior, no sabes la suerte que tienes de no tener que ganarte la comida todos los días, como ese niño que no es más grande que tú cargando sobre su espalda el doble de su peso ayudando a su papá a ganarse el pan todos los días, o esos hermanos que están lavando coches con sus zapatos rotos y sus playeras descoloridas. su respuesta siempre es y yo tengo la culpa de su suerte. No puedo negar que me dan profundas ganas de ahorcarla, pero recuerdo lo irreverente que solía ser yo así que solo muevo la cabeza y la dejo ser. Por más que la motivo a la lectura ella prefiere el canal de chismes o la novela de la hora estelar, déjala, está en la edad me dice mi madre, tú me saliste rara, pero ella vive de acuerdo a su edad. Qué decirle contra eso. Ciertamente nuestras realidades son diferentes, nuestra educación también fue diferente, tal vez no la entienda, y quiera sacarle los ojos la mayor parte del tiempo, pero ella sabrá cuando quiera crecer, a final de cuentas, tiene esa suerte y no tiene culpa de poseerla.

Me ha llegado la nostalgia, si debo reconocer que no todos los días es pureza, felicidad y éxtasis, también ahí, del otro lado del muro está la melancolía la tristeza, y hasta un poco de desolada soledad, hoy es uno de esos días, en que el insomnio arremete contra mis sentidos y me pone alerta ante el silencio, me gustaría fumarme una cajetilla entera de camel amarillos y una cafetera entera de expresos aunque la cafeína me intoxique, me limito con una botella de agua y un poco de música de cohen, todo cambio requiere sacrificios, yo sacrifico la cursilería y los detalles, a veces me gustaría ser inmune a eso, más de pronto leo manifestaciones de amor sin diluir y me embarga la pena, y me recuerda aquella vez en que una persona en una tienda de autoservicio gringa, espero a que entrara al baño para al salir sorprenderme con una maravillosa Rosa Blanca, -Me he dado cuenta de que nunca te he regalado una flor. O aquel que llegó cierto día con una fotografía en la mano y me dijo: - Quería obsequiarte algo que fuera eterno y que mejor que la foto de una rosa para que siempre me recuerdes. (aún tengo la foto en mi pared). Es imposible ser inmune cuando en charlas me dicen le he dibujado algo a la mujer que amo, o ayúdame a sorprender a mi amor con esto o aquello, o la mujer que me gusta me dice que parezco un KABASH PASH y quiero regalarle uno para que siempre me tenga presente, es imposible cuando me muestran lo que escriben para que les de mi sincera opinión, o cuando leo a sabines y me salen por las orejas esos destellos de su eterno amor, o a Saramago que le ha dedicado a su Pilar todos sus textos, o recordar cuándo acompañaste al novio de tu amiga a llevarle una serenata el día de su cumpleaños, o anduviste poniendo pistas al novio de tu amiga para que se ganara una cena de aniversario, a veces me gustaría que la persona que está a mi lado no fuera inmune, por desgracia ese tipo de cosas no se piden, sencillamente nacen y en mi poco a poco mueren.
Tanta nostálgica sinceridad me abruma, Conozco hasta tus faltas de Ortografía y sé que no es tan inmune, que lo hace, que envía regalos y comentarios y esos detalles a otros destinatarios, podrá juzgárseme por aceptar este comportamiento, a veces yo también lo hago, pero sé que el tiempo es tan sabio que algún día me hará volar o a su lado, o muy lejos de su horizonte, de nuevo sólo el tiempo me dará el paso a seguir, por hoy sólo es nostalgia, mañana tal vez llegué la indiferencia.