Entre brujas y café las letras no tardan en llegar.

Contaré una historia, nunca pensé tener hijos, siempre tuve un amplio temor a ser madre, decía si no soy lo suficiente responsable para cuidarme a mi misma como demonios cuidaré a una criatura. Pasaron los años, poco a poco deje la parranda, el perderme durante días con los amigos, era normal creía yo, mi vida se tornaba en otras etapas, buscaba una estabilidad, entender mi vida y mi proceder, concentrarme en cosas más importantes que la parranda del fin de semana, después llegó mi pareja, bueno regreso mi pareja pues nos dejamos durante más de un año, comenzamos a salir a darnos otra oportunidad, no fue sencillo, pero poco a poco lo fuimos logrando o al menos así lo creía, en nuestra primera oportunidad hablamos de tener hijos en algún momento, cuando nos separamos fue fatal pues de verdad lo veía a él como el padre de mis hijos para cuando estuviera preparada, al volver, este tema salio de nuevo, como dije antes muchas cosas en mi vida ya habían cambiado, y aún cuando el miedo a la maternidad seguía latente al ver al hombre al que amo pensaba que sería maravilloso procrear un hijo con él, por supuesto más adelante después de vivir un tiempo juntos y todas esas cosas de la modernidad que se te meten por los ojos, después de algunas semanas de malestares salí a la farmacia más cercana, compre una prueba casera, el resultado fue inmediato, me asuste bastante, recuerdo llamarle con un ataque de risa y después decirle mi amor vas a ser papá. Se quedó callado, trago saliva – no sé que decir mañana voy a tu casa, estoy feliz- Lo entendía, pasaba igual por esa mezcla de terror, felicidad, incertidumbre, felicidad. Nos vimos, nos abrazamos, y dijimos que saldríamos adelante, que si bien mi cacahuate no estaba planeado, si es un bebé esperado, si es un bebé muy deseado. No me siento preparada para tener a un hijo, pero eso no importa pues analizándolo nunca lo habría estado, creo que él si estaba preparado para tener una madre, para venir al mundo, hablaba con una señora y me dice, yo no me sentía preparada para ser madre, estaba embarazada y no me la creía, hasta que le di de comer por primera vez a mi hijo supe que era madre, no te angusties si ahora no lo sientes, es natural, después de eso busqué a una amiga que tiene una nena de 5 años y me dijo lo mismo, yo no me di cuenta de que era mamá hasta que la bañé por primera vez y estuvo a punto de caerse en la tina ahí entendí que era mi hija y que debía protegerla, no sé cuando me caiga el veinte de que lo tendré en mis brazos y de que será para toda la vida, no creo que se esté preparado para ser padre aunque planees a tu hijo, aunque tengas una estabilidad económica, o una persona que este incondicionalmente a tu lado, no niego que esto te facilita las cosas, pero no te prepara para ser padre, ahora crece dentro de mi y no estoy preparada, pero aprenderé a estarlo, pues el saber que se está gestando, que cada día se forma una parte de su ser, que pronto se moverá y pateara y que me dirá lo que le gusta y lo que no, que dormirá y que soñará todo eso antes de que salga al mundo me hace querer mostrarle lo hermoso que es aquí afuera, mientras él está adentro, me hace darme cuenta de que su padre no esta preparado y no quiere estarlo pero creo que es normal también después de todo él no siente lo que yo de forma física. Creo que sería necesario cambiar el concepto de un hijo ata, por un hijo une, aquel de un hijo te cambia la vida por cambie mi vida gracias a mi hijo; un hijo es una responsabilidad por un hijo es una compañía, un cómplice. Si entendiéramos esto tal vez, sólo tal vez, sí estaríamos preparados para ser padres. Así estoy paso a paso, guardando mis energías para en algún momento enseñarlo a volar.